martes, 27 de mayo de 2008

ATRACTIVOS CULTURALES Y TURISTICOS



Monumentos Históricos Arquitectónicos Parroquia de la Purísima Concepción, del siglo XIX, cuyo nombre actual es "San Francisco de Asís". La plaza Hidalgo y un monumento a don Benito Juárez y la Catedral a Nuestra Señora de Guadalupe. Fiestas, Danzas y Tradiciones Danzas de Matachines Las tradiciones más comunes son de carácter religioso, tales como las fiestas guadalupanas en diciembre; “fiestas del mitote” en zona indígena, 02 de febrero, visita a la Ermita religiosa primer viernes de marzo; lajas, zona indígena, fiestas 19 de marzo en honor a San José. Música El corrido tradicional de "El Salto". Artesanías Muebles de tipo doméstico. Tallado de Raices (de manzanilla) Gastronomía Tradicionales antojitos mexicanos. En la zona indígena y barrancas se prepara un pulque a base de maíz fermentado al sol. Centros Turísticos Debido a sus paisajes naturales, el municipio ofrece a sus habitantes y a los turistas áreas de recreación y esparcimiento como: el Parque Natural de Mexiquillo, las Cabañas Arroyo del Agua en el ejido La Victoria, Piloncillos, las cascadas y cabañas El Mil Diez y la presa almacenadora “La Rosilla.

LOCALIZACION DEL MUNICIPIO DE PUEBLO NUEVO


El municipio de Pueblo Nuevo se localiza al Sureste del estado. Limita al norte con el municipio de Durango; al sur con los estados de Nayarit y Jalisco; al oriente con el municipio del Mezquital y al Poniente con San Dimas y el estado de Sinaloa. Su cabecera municipal se encuentra en las coordenadas 23º 47' de latitud norte y 105º 22' de longitud oeste, a una altura de 2,560 metros sobre el nivel medio del mar.

RESEÑA HISTORICA DEL MUNICIPIO DE PUEBLO NUEVO DURANGO

El nombre de "Pueblo Nuevo" se dio a raíz de la emigración del grupo de pobladores que salieron del Real de Minas de San Diego del Río (hoy un pueblo fantasma) al lugar cercano (un “Cordón” más arriba del Real) al que llegaron, benévolo por su clima y colmado de frutas de la región y criollas. Ahí existieron asentamientos de indígenas tepehuanos que sembraban caña de azúcar, por lo que el lugar también era llamado "Pueblo de Cañas

La primera noticia que se tiene de la zona la proporciona Mecham, quien asegura que Ginés Vázquez del Mercado, con el puesto de capitán general, y al mando de 15 hombres viajó de Tepic a dicho sitio, descubriéndolo y estableciendo comunicación con Culiacán.
No da ninguna fecha de tan importante hecho, en el que invirtió nueve días el Capitán español, pero lo presenta como ocurrió antes de su desventurado viaje al valle de Guadiana en 1552, pues en este recorrido y ya de regreso, murió por la herida que unos indios le provocaron en Sombrerete. Huazamota (Guazamota en las crónicas) guarda un primerísimo lugar en la colonización, pues establece contacto con las autoridades de Nueva Galicia.
Francisco de Ibarra, a su regreso de Paquimé, decidió poblar debidamente Guazamota, por lo que comisionó a Salvador Ponce para que explorara la zona, quien la reportó en orden. Quedaron desde entonces algunos soldados suyos en el lugar, lo que aseguraba la jurisdicción de la Nueva Vizcaya, por las disputas que existían con la Nueva Galicia, que harían crisis dos años después.
Cercano a Guazamota está Milpillas, en cuyo pueblo existió un convento fundando en 1619 por padres franciscanos, en el cual los naturales se levantaron en armas, y dieron muerte al fray Ramiro Alvarez, padre guardián y a su ayudante de doctrina Diego Hevia, en 1702. Fue sustituido el padre Alvarez por el fray Nicolás Golzín, pero la inseguridad de Milpillas hizo pensar a fray Jacinto de Quijas, guardián de Durango, la conveniencia de cambiar el convento a San Francisco de Lajas. Esto se realizó en 1709 y aparece como guardián el fray Tomás Parra con asiento en Lajas.
Milpillas conservó su categoría de población importante y en 1824 la encontramos formando un municipio perteneciente a Gurizamey, partido que después se transformaría en el de San Dimas. Milpillas y Pueblo Nuevo se separaron de Guarizamey en 1867, para formar un municipio aparte, integrado al partido de Durango.
Por su parte Huazamota quedó integrada a El Mezquital, como aparece en las divisiones en 1901 y la de 1905. Sin embargo, a mediados del siglo actual se integró a Pueblo Nuevo, ampliando notablemente su extensión.
La fundación de Pueblo Nuevo probablemente tuvo lugar en las postrimerías de la segunda época de la colonia, algunos años antes de la guerra de la Independencia. Se le conoció con el nombre de "Cañas", debido a que indígenas establecidos ahí como sus primeros pobladores, sembraron en pequeñas áreas lo que se conocía en esa época como caña de miel o "caña de azúcar".
Pueblo Nuevo comenzó a destacar desde que se descubrió un rico yacimiento de oro, dicho yacimiento fue encontrado por un indígena del lugar, quien mostró una piedra con incrustaciones del rico metal a un cura de nombre José Ignacio Garibay, quien la examinó y la hizo analizar, confirmando la existencia del oro, posteriormente lo registró a su nombre llamándola "La Garibaya".
Amparado por el poder civil José Ignacio Garibay y los suyos se dedicaron a explotar dicha mina, contando con los servicios gratuitos de los indios que habitaban la comarca, imponiéndoles un sistema de trabajo conocido como "faenas". El fundo minero de Garibay adquirió mucha importancia y renombre, su población creció y dejó de denominarse "Cañas" para imponérsele el de Pueblo Nuevo.
En 1810, tropas españolas al mando del capitán realista Castañón saquearon el pueblo e incendiaron importantes documentos de los archivos municipales que atestiguaban hechos y circunstancias de la primera y segunda época de la colonia. En estas acciones se perdieron los archivos que existían acerca de La fecha de la fundación de Pueblo Nuevo.
En esta época, las autoridades exigían a los indígenas cada vez más, tomando la Ley como escudo. Cuando los indios por ignorancia o mala fe contravenían las disposiciones vigentes en materia de gobierno, las autoridades se hacían respetar manteniéndolos en un estado de completa sumisión y obediencia, sin embargo cuando los castigos no eran necesarios, se les estimulaba repartiéndoles terrenos vírgenes que los indios aprovechaban en sus cultivos; cabe mencionar que los verdaderos dueños de esas tierras eran los propios indígenas.
Cansados los indios de los trabajos e injusticias que se les imponía, se rebelaron contra sus opresores, quienes huyeron de la población, pero fueron alcanzados y muertos a flechazos (entre ellos el cura Garibay) en un punto denominado "Los Tepalcates"
Los indígenas se dispersaron y emigraron hacia el sur temerosos de los ataques de los realistas, otros, en cambio, se incorporaron a la lucha por la independencia iniciada por don Miguel Hidalgo y Costilla. Quienes sobrevivieron al movimiento armado se establecieron en: Milpillas, Lajas, Taxicaringa, Santa María de Ocotán, Teneraca, Xoconoxtle, Huazamota, Xocuixtle Amarillo, Cueva Rasposa y otros lugares más.
Cuando terminó la guerra de Independencia, Pueblo Nuevo tenía ya categoría de Alcaldía de Paz, estableciéndose ahí las autoridades principales, administrativas y judiciales.
Contaba en ese tiempo con un edificio para jefatura de cuartel, con anexos para las oficinas del juzgado municipal y agencia del registro civil, un edificio destinado para escuela y casa del maestro, así como un hospital, aunque a este último nunca se le dio ningún uso.
Asimismo, tenía agua entubada, lavaderos públicos y baños de regadera. Su principal riqueza dejó de ser la minera debido a su gran potencial forestal, sin embargo, no se deben descartar sus otras riquezas tales como la ganadería, aunque en pequeña escala.
Sin embargo, aunque disminuida, la actividad minera continuó gracias a los yacimientos de la época, tales como: La Garibaya, La Puerta, Animas de Guadalupe, San Patricio, San Antonio de Animas, Los Limones, Plomosas, La Colorada, San Diego, Jocuixtle, La Jarocha, Metates, Tepixte y El Naranjal.
El mineral de la mina de Garibay así como el que aportó otra de nombre "El Naranjal" hicieron posible la construcción de el Palacio Zambrano, hoy Palacio de Gobierno de la ciudad de Durango.
La producción de oro y plata se lograba en proporciones regulares o muy pequeña escala por carecer sus dueños de los fondos necesarios para su explotación y por la incosteabilidad del acarreo que era costoso por las distancias que se recorrían.
Para el año de 1833 el alcalde de paz constitucional del partido de Durango, Pedro de Aveldaño se trasladó hasta Pueblo Nuevo para dar posesión a los indios y a todas las familias que formaban la población de los terrenos de labranza disponibles para que efectuaran sus cultivos.
Al igual que las autoridades civiles, las eclesiásticas concedían también a los indios algunas prerrogativas, tales como la exención del pago de los impuestos supuestamente para sufragar los servicios públicos y los religiosos, teniendo la obligación de prestar obediencia y acatamiento a las dos autoridades: la civil y la eclesiástica.
Era esta última autoridad la que tenía mayor preponderancia, tanto así, que los jueces de paz tenían la obligación de velar porque los pagos parroquiales fueran cubiertos con regularidad, según se desprende de la recomendación que hace el gobernador al alcalde de paz de Pueblo Nuevo en noviembre de 1835, en los siguientes términos: "Si alguno de los individuos avecindados en ese pueblo, se resistiera a pagar los derechos parroquiales por considerarse con iguales privilegios que los naturales del mismo (indios) y usted como juez tuviere sobre esto quejas o reclamaciones del señor cura, podrá decidir los casos particulares".
Por el año de 1853 el obispado tenía ya dispuestos los sacerdotes que irían a administrar el curato de Pueblo Nuevo, Milpillas y Lajas, por lo cual las autoridades correspondientes comunicaron al alcalde de paz que tendría que enviar la gente que debería de acompañarlos y las bestias de carga necesarias para sus pertenencias.
Debido a los riesgos del camino era indispensable que se mandase una partida de por lo menos veinte hombres para escoltarlos, pues el desorden político e inseguridad pública de esos tiempos obligaban a tomar tales medidas.
Con el inicio del Movimiento Cristero en 1927 el desconcierto e incertidumbre eran manifiestos, los habitantes de los pueblos vivían alertas con las armas para defenderse del bandolerismo y de las incursiones de los indios bárbaros, organizando "Guerrillas" autorizadas por el gobierno y que se constituían como fuerzas armadas de alquiler.
La población de El Salto, fue tomada el 5 de febrero de 1927 por el general cristero Trinidad Mora (aunque sólo fueron 24 horas) y por este hecho se estableció un cuartel militar y se cambiaron los poderes municipales de Pueblo Nuevo a la población de El Salto en el año de 1928 y enero de 1929.
En la década de los cuarentas, se trasladó la capital del municipio a El Salto, rico centro forestal que con la llegada del ferrocarril cobró gran importancia. Constituyó también el ejido más grande de la República Mexicana, pues cuenta con 176,000 hectáreas.
Pueblo Nuevo es un territorio que ha pertenecido a diferentes municipios, pero finalmente logró su autonomía aprovechando racionalmente en el presente siglo la explotación de sus recursos naturales. El Salto, su cabecera, tiene 50,000 habitantes, siendo una de las principales ciudades de la entidad.
Personajes Ilustres
Guillermo Ceniceros. Pintor de renombre, nacido en El Salto, Pueblo Nuevo. Fue auxiliar de Rufino Tamayo. Radica actualmente en la ciudad de Monterrey.
Profra. Juanita Calderón. Fundadora de la Escuela Secundaria Técnica.